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La pintura se emplea para embellecer la apariencia del soporte existente, así como para el refuerzo de la resistencia y la durabilidad del revestimiento sobre el que se aplica.
Existen diferentes clases de pintura a utilizar dependiendo de las características del trabajo a realizar: Pinturas al agua, se denominan así porque una vez secas se pueden limpiar simplemente disolviéndose en agua:
• Pintura plástica, compuestas a base de pigmentos y químicos disueltos en agua. Secado rápido y poco olor. Aplicables con rodillo, brocha o pistola.
• Pintura acrílica, resistentes al agua y casi sin olor. No amarillean y se lavan fácilmente.
• Temple, no es tan resistente como las anteriores y no se pueden lavar.
Pinturas en base aceite, están compuestas de aceite y resinas y utilizan aguarrás o disolventes químicos para disolverlas. Las más comunes son:
• Los esmaltes, a base de resina y pigmentos, con un acabado muy resistente.
• Las lacas, muy parecidas a los esmaltes pero se diferencian en la manera de aplicación. Se aplican muchas capas finas y entre cada una de ellas hay un proceso de lijado. Su aplicación habitual es en madera.